martes, 3 de diciembre de 2013

A pesar de todo sigo apostando por la vida

A pesar de que se duermen mis sentidos por rutina.
A pesar de esta apatía que bosteza enmohecida.
A pesar de muchas broncas que quedaron escondidas.
A pesar de mis fracasos, mis pecados, mis caídas.
A pesar ya de ilusiones que están por siempre dormidas,
y de fantasmas internos prendidos de mis pupilas.
A pesar de que me invento muchas veces la sonrisa.
A pesar de que me trague mis verdades, mis mentiras.
A pesar de mis defectos, de mi cólera, de mi ira,
de mis eternos miedos que desde mi alma silban,
y que viva disfrazando mis pequeñas cobardías.
A pesar de mi pasado que me espía a escondidas.
A pesar de mis angustias que rasguñan mis costillas.
A pesar de mi energía que se agota, se termina,
y del paso de los años, de mis luchas, mis heridas.

A pesar de todo eso...¡sigo apostando a la vida!




Desde mi barca en retirada

No pretendo ser perfecto, pero sí quisiera ser un viejo que no saque de quicio a todo el mundo, que no exaspere a los demás.
No aspiro a ser un santo, pero sí una anciano que no se crea infalible, ni viva de quejas y temores.
No pretendo cambiar a estas alturas mis patrones de vida, pero sí convertir los años en espíritu y que fluya la dulzura; convertir las canas en acierto y que fluya el consejo; convertir las arrugas en sonrisas y reflejar lo que llevo dentro.
Abrir paso a la precipitación de los demás, para que me perciban lo menos posible y no llegue a ser un estorbo.
No interferir en el camino de la juventud siempre con una censura y un repudio.
Admitir los atenuantes que tienen para ser así y comprender que los buenos de ahora son quizás mejores que los de antes, porque transitan por mayores peligros y enfrentan peores tentaciones.
No es  posible hacer juventud con la vejez, pero sí aminorar mi alteración, mi irritabilidad, mi depresión, mi desasosiego y mi inevitable deterioro.
No quisiera brillar en el mundo, pero sí quisiera desde mi sillón de soledad, dar alguna claridad.
No quisiera estar martillando sobre mi experiencia, porque sería inútil.  A cada uno le gusta vivirla y descubrirla por si mismo.
Ni pretendo llevar a nadie de la mano: cada cual quiere caminar solo su propio destino.
Pero sí deseo ser un faro en silencio que no apague su luz. Ser una barca en retirada llena de palomas, de historia, de relatos, de recuerdos que hablen, de miradas que descubran, de hechos que hagan pensar…
No desperdiciar la vejez.  No mirar los años con miedo, dándoles a estos últimos un profundo sentido, porque son el espacio final para movernos y el momento irrepetible para la realización completa.
No hacer de la vejez un lastre y una insignificancia, sino una sombra que fue luz, un árbol que fue fruto y un camino que fue huella.

¡¡¡No vivir en la oscuridad como algo inservible, sino pararme delante de una estrella para morir iluminado!!!


La grandeza del mar

¿Sabes por qué el mar es tan grande
¿Tan inmenso? 
¿Tan poderoso ?
Porque tuvo la humildad de ponerse algunos centímetros abajo de todos los ríos.
Sabiendo recibir, se volvió grande.
Si quisiera ser el primero, muchos centímetros encima de todos los ríos, no sería mar, sino isla.
Toda su agua iría para los otros y estaría aislado.
La pérdida forma parte de la vida.
La caída forma parte de la vida.
La muerte forma parte de la vida.
Es imposible vivir en plena satisfacción.
Necesitamos aprender a perder, a caer, a equivocarnos y a morir.
Imposible ganar sin saber perder.
Imposible andar sin saber caer.
Imposible acertar sin equivocarse.
Imposible vivir sin saber vivir.
Si tú aprendes a perder, a caer, a equivocarte, nadie podrá controlarte.
Porque lo máximo que te puede ocurrir es caer, errar y perder.
Y esto tú ya lo sabes.
Bienaventurado aquel que ya consigue recibir con la misma naturalidad
el logro y la pérdida...
el acierto y el error...
el triunfo y la caída...
 

Miley Cyrus - Wrecking Ball




 Don't you ever say I just walked away, I will always want you.



Sesión de Fotos!